El hermetismo pucelano preocupa mucho

Desde que Amoedo Chas pitó el final del partido en el Martínez Valero de Elche, el Real Valladolid ha mantenido un completo y riguroso silencio. El hermetismo al que está sometido el club blanquivioleta desde la eliminación del play-off de ascenso, tan sólo fue roto para despedir al secretario técnico, ‘Chuti’ Molina, antes de que éste partiera a su nuevo destino, Murcia.

El silencio blanquivioleta al comienzo fue interpretado como un gesto de sensatez y trabajo. El paso de los días ha eliminado de un plumazo estas percepciones para dejar al aire las debilidades que muestra el proyecto vallisoletano. El equipo blanquivioleta está dejando pasar los días perdiendo un plazo buenísimo para tomar las primeras decisiones. Mientras equipos, que competirán con el club pucelano la próxima temporada, ya se han hecho con varios futbolistas y dan forma y color a su proyecto, el Real Valladolid sigue en punto muerto. Y lo peor es que sin visos de dar un cambio y comenzar a dar pinceladas al proyecto violeta.

Ahora mismo, y tras 10 días desde el fin de temporada del equipo, en el club no se han resuelto ninguna de las dudas. Ni las más importantes ni las menos reseñables. Todas las decisiones que el club debe tomar para hacer de su proyecto uno de los mejores de la categoría y poder luchar por ascender, están en un segundo plano. Los días pasan y nadie muestra soluciones. ¿Cuándo se hará oficial el nombre del entrenador?, ¿y el del director deportivo?. ¿Vendrán de la mano o serán independientes uno del otro?. Muchas dudas, demasiadas incluso, que no favorecen ni al club ni a sus aficionados porque se están convirtiendo en nervios, y que nunca suelen acabar bien.

Imagen de ‘Norte de Castilla’

Deja un comentario