Análisis del Salamanca (ValladolidDeporte)

La diez derrotas consecutivas, que terminaron con Óscar Cano, y la retirada de Miguel García marcan el devenir de un Salamanca que intenta salir del descenso de la mano de Pepe Murcia

Se puede decir, casi sin posibilidades de pillarse los dedos, que esta temporada se han visto dos versiones de la Unión deportiva Salamanca. Una, la de la primera parte de la temporada, dónde rozaban los puestos de ascenso directo, y otra, tras el susto de Miguel García en el encuentro ante el Real Betis del mes de octubre. En el partido previo a que los charros visitaran el José Zorrilla, el centrocampista albaceteño sufrió un infarto que le ha provocado la retirada. El ex del Real Zaragoza o de la Unión Deportiva Las Palmas era básico en los planes de Óscar Cano. Su falta la notó el equipo en el juego y en lo psicológico. Tras aquella trágica mañana de domingo el vestuario charro ha vivido momentos malos y ha notado, en exceso, la ausencia de uno de sus pesos pesados.

El 24 de octubre, día del enfrentamiento ante el Real Betis, el Salamanca era cuarto clasificado con una sola derrota en su casillero. Tras perder algo más que tres puntos ante el equipo de Pepe Mel y caer en el estadio José Zorrilla, comenzó el declive de un proyecto con buenas sensaciones y que ha terminado con la caída de un entrenador de futuro como Óscar Cano. Más de dos meses sin puntuar, del 5 de diciembre de 2010 hasta el 19 de febrero, ya con el cambio de entrenador, han convertido un proyecto de lucha por los ‘play-off’ en un equipo con el agua al cuello. El escalofriante dato de que el equipo charro ha obtenido más puntos en las ocho primeras jornadas que en las 22 restantes dice todo del cambio radical que ha vivido el club. Un cambio que se ha visto reducido con la llegada del experimentado Pepe Murcia. El ex entrenador del Atlético de Madrid ha conseguido siete puntos en los seis encuentros como entrenador salmantino. Cifras bajas en una situación normal pero altas viendo el devenir de la Unión Deportiva Salamanca.

A perro flaco todo son pulgas
A la hora de afrontar el mercado invernal, el Salamanca tuvo varios problemas encima de la mesa. A la necesidad de cubrir la baja de Miguel García había que añadir la mala situación económica que el club vive desde hace varios años. Por ello, el equipo, muy necesitado de sabía fresca y oxigenada tan solo pudo firmar dos llegadas y ambas a coste cero. El primer fichaje fue Edu Bedia. El talentoso futbolista del Racing de Santander llegó al ‘Helmántico’ para “ganarse el puesto” y para cubrir grandes carencias ofensivas del equipo.

El segundo fichaje, por su parte, llegaba desde la cola del INEM. Juanpa, ex canterano charro, regresaba al Helmántico tras estar todos lo meses previos de competición sin equipo. Tras pasar por las filas del Lorca o del Numancia llegaba con la carta de libertad bajo el brazo y con la ilusión de un juvenil para ganarse un puesto en el centro de la zaga.

Partido vital, encuentro de futuro
Con el fichaje de Edu Bedia el Salamanca se hizo con el futbolista más talentoso del equipo. El jugador con más calidad individual es el ex del Racing pero el más determinante no. El futbolista más desequilibrante que Pepe Murcia tiene, en estos momentos, en el plantel, es Kike López Delgado.

El canterano blanquivioleta es sobradamente conocido, pero no en el nivel en el que está ahora. Esta temporada se está apreciando un futbolista más participativo que cuando estaba en el Real Valladolid y que se ha sentado en el equipo. El año pasado fue vital para que el Salamanca obtuviera la salvación y, esta temporada, con la titularidad en el bolsillo es el más desequilibrante con su velocidad y desborde. El nuevo Kike es mucho más peligroso que el que salió del José Zorrilla y es, sin ninguna duda, un blanquivioleta de futuro.

Imagen de ‘Norte de Castilla’

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