Un profesional con el futuro en el aire

En la tarde-noche de ayer se hacía oficial algo con lo que se venía rumoreando mucho en las últimas fechas. Ángel Manuel Vivar Dorado dejaba su actual equipo, el Albacete, al no poder recuperarse de la lesión en el tendón de Aquiles que el año pasado, en el Real Valladolid, le provocó perderse la recta final del campeonato.

Este verano Vivar Dorado, en un alarde de la caballerosidad que le ha caracterizado desde que en 1992 debutara en el Leganés, decidió firmar con el equipo manchego con la condición de no atar al equipo a su recuperación. Es decir, el jugador formaba parte del equipo pero sin percibir ningún montante económico al respecto. Tan sólo comenzaría a percibir un sueldo en caso de recuperarse y poder empezar con la práctica del fútbol de manera regular. El Albacete aceptó y entre ambos se marcaron la fecha de mediados de enero de 2010. En el comienzo del nuevo año se tomaría una decisión que permitiera al jugador decidir sobre su futuro, y al equipo buscarle un recambio en caso de que el madrileño no se recuperara de dichas molestias en el tendón de Aquiles.

La fecha ha llegado y el jugador ha decidido. Ha creído que lo mejor para ambas partes es dividir caminos y ayer lo hizo oficial a través de la web del equipo albaceteño. Se ha puesto y final a la aventura del jugador en el Carlos Belmonte, no llega de la mejor manera pero llega y es momento de afrontarlo porque esta decisión y la no recuperación de unas dolencias que van camino de un año, pueden acabar con uno de los jugadores más profesionales de los últimos años. La retirada es una posibilidad que hay que ver en un futuro que ahora mismo está en el aire.
Un profesional con un toque y criterio de balón tan exquisito como el de Vivar Dorado hubiera dado muchas alegrías este año al Albacete y a su vez, le habría ahorrado muchas penas al Real Valladolid en el final de la campaña pasada. La experiencia es un grado y Vivar Dorado no anda precisamente escaso en experiencias vividas.

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