Como regalar un partido, capítulo tercero

El Real Valladolid regala dos puntos en un partido que ganaba por tres goles a media hora para el final. Otra vez los fallos defensivos puntuales echan al traste el partidazo de Diego Costa que anotó dos tantos. Canobbio de penalti anotó el otro.

Volvió a ocurrir. Otra temporada distinta pero el Real Valladolid vuelve a regalar un partido a pesar de llevar una gran ventaja. El año pasado fue en Soria y en Almería y este año un Tenerife, con los mismos fallos defensivos que la zaga local, consigue igualar un partido que tenía perdido. El equipo blanquivoleta que se veía tras el segundo gol de Diego Costa, tercero del equipo, con los tres puntos y con seis puntos sobre el descenso afrontará el encuentro en el Sánchez Pizjuán con tan sólo cuatro sobre las posiciones que llevan a Segunda.

Con respeto y mucho miedo a perder saltaron ambos equipos al frío y poco ambientado José Zorrilla. En los primeros minutos de partido mucho juego en el centro del campo y pocas ocasiones de gol. El miedo a caer en puestos de descenso atenazaba a ambos equipos y cualquier fallo daría ventaja. Ese error llegó y aunque no es justo señalar con el dedo esta vez se puede hacer en la persona de Mikel Alonso, un balón largo blanquivioleta no era despejado por el vasco, su fallo lo aprovechó Diego Costa que con velocidad y una pizca de suerte ponía el primer tanto y al Real Valladolid por delante en el marcador. A pesar de la igualdad en el juego el tanto se podía considerar justo ya que eran los locales los que pusieron más juego y más ocasiones.
La tarde negra para Mikel Alonso no terminaría en el primer gol porque ocho minutos más tarde volvió a ser el protagonista negro del Tenerife, entrada en el área de Canobbio, derribo del vasco y penalti dudoso pero señalado. Canobbio no perdonó y aprovechó la dudosa pena máxima señalada por Ayza Gámez.

Con la ventaja el Real Valladolid empezó a jugar el buen fútbol que se le había visto a ráfagas, y esta vez tampoco fue una excepción porque el gran juego se vio pero durante pocos minutos. Aunque si es cierto que en los 90 minutos al equipo no se le puede pedir más ofensivamente, si mucho más defensivamente.

Diego Costa engorda la ventaja para nada
La noticia durante la semana previa al partido era que el Real Valladolid era el único conjunto de la Liga BBVA que no había conseguido anotar un gol tras el lanzamiento de un corner. Mendilibar “tomó nota” y el viernes preparó sesión de estrategia. La racha se rompió porque en el minuto cuatro de la segunda parte un saque de esquina lanzado por Nauzet Alemán era remachado por el brasileño, pichichi destacado del equipo, tras adelantarse a Pablo Sicilia.
Casi minuto 50 de partido y el mismo parecía estar cerrado porque una ventaja de tres goles se suponía que sería defendida por el conjunto local con uñas y dientes. Se intentó pero tras el minutos 63 el equipo fue un puñado de nervios y de imprecisiones.
En dicho minuto del partido un despeje incompresible de Luis Prieto dejó en bandeja el gol a Nino. La remontada parecía algo lejana pero este gol dejaba a una defensa muy criticada y nerviosa toda la temporada en el punto de mira de los poco más de 12.000 aficionados blanquivioletas concentrados en la avenida del mundial 82. Tras el gol del pichichi tinerfeño el partido fue canario y a pesar de que el Real Valladolid lanzó dos balones a la madera, uno Canobbio y otro Nauzet, los visitantes consiguieron empatar por las imprecisiones en defensa. Personales y de equipo.

Posiblemente los cambios llegaron tarde
Es cierto que es fácil hablar a toro pasado, en este caso partido, pero si que se puede decir que los cambios en el conjunto blanquivioleta llegaron tarde. Con los tres puntos en el bolsillo el Real Valladolid podía haber apartado a uno de los delanteros pero Mendilibar no lo vio así y decidió dejar tanto a Manucho como a Diego Costa en el terreno de juego. Quienes acusan a Mendilibar de defensivo se quedaron sin argumentos.

Se perdieron, mejor dicho, se regalaron dos puntos, y es difícil pensar o ver la parte positiva del partido pero para afrontar el próximo partido en el Sánchez Pizjuán hay que aferrarse a la efectividad ofensiva y basarse en el ejemplo del Málaga.

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