Acerca de la acción de Nivaldo…

No salgo de mi asombro. Hay algo que no comprendo. En un país en que todo ciudadano cree saber de fútbol se está produciendo una espiral en contra de Nivaldo fuera de lugar.
El brasileño en la acción contra Llorente del pasado domingo entra sin ningún tipo de maldad y me baso en tres aspectos para afirmar esto: el primero de todos es que la acción transcurre en el aire, aquí no se tienen medidos los tiempos ni las distancias por lo que buscar la cabeza de Llorente es algo casi imposible; el segundo punto es que va de cabeza, por mucho que el jugador quiera agredir al rival nunca lo hará con la cabeza ya que el puede ser tan perjudicado como el jugador rival; parten ambos en condiciones muy parecidas. Tercer y último punto; el central blanquivioleta realiza la acción con los brazos pegados al cuerpo, nunca los extiende en el salto con lo que su actitud demuestra que no quiere hacer daño al contrario.

¿Es más agresión por ser un jugador desconocido y jugar en el Real Valladolid? Al parecer sí porque el ataque que realizó el pasado lunes el diario AS sobre el jugador es completamente desproporcionado e impensable en jugadores de otros equipos. En dicho periódico José Ignacio Tornadijo, corresponsal del Real Valladolid por situación más que por ideas o devociones, afirma que la acción del brasileño es impresentable y peligrosa. Es más, aún se anima para añadir que la acción del jugador es reincidente en su currículum, ¿reincidente de qué?, sabrá este buen señor, conocido en Valladolid por su aferrado interés en que Asenjo abandonara la avenida del Mundial 82, cual es el historial de un jugador que hasta llegar a España tan sólo sufrió una expulsión y que no sale de su asombro por el criterio arbitral…. No me extraña que Cristiano Ronaldo se quisiera venir a la Liga, aquí se defiende al delantero pero se ataca vilmente al defensa.

Si no llego a comprender a Tornadijo menos puedo ni debo comprender al señor José Antonio Espina. Dicho periodista en las paginas centrales del diario deportivo del Grupo Prisa número 14.084 afirma textualmente: “A Llorente, una mole, el golpetazo sólo le mandó al hospital; a cualquier tipo menos fuerte le hubiera mandado al cementerio”. ¡Al cementerio! Cuando leo esto después de ver que en el mismo párrafo idéntico autor reincide por dos ocasiones en que el central no piensa mucho las cosas antes de hacerlas me doy cuenta que hemos perdido los papeles de la objetividad. ¿Qué afirmó este señor cuando Drenthe hace escasos días le partió la pierna a Beltrán o cuando Diarra le partió el pómulo a Crespo o Figo retiró a César Jiménez? Ni lo sé ni me importa porque estoy seguro de que si el que salta con Llorente viste de blanco, de azulgrana o de rojiblanco la acción sería fortuita. ¿Seguro? No, segurísimo. A los equipos grandes les dejan defenderse en el post-partido, a los pequeños nunca.

Otra mención especial se merece el jugador del Athletic de Bilbao Fernando Llorente. Fernando, amigo, me habían dicho que cuando te dan un golpe de este estilo pierdes algo de memoria pero nunca que se aumenta la misma, y viendo tus declaraciones sobre la jugada me doy cuenta que también se puede crear un aumento. ¿Qué no es la primera vez que hace esto Nivaldo?, ¿Estas seguro? ¿No te estarás confundiendo con tu codazo del año pasado a García Calvo o con el de tu compañero Iturraspe a Ricardo en Tenerife hace escasos días? Ahí vosotros partíais con ventaja porque lleváis el codo por delante.

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